Museo de Arte Sacro
Amalia Sosa Palacio de Carol
Declarado de interés municipal, según decreto.

Capilla del Señor, primer pueblo declarado de interés histórico nacional, es algo más que eso: es un arroyo rodeado de arboledas a dos cuadras de su casco antiguo; es donde nació el periodismo bonaerense; es un atardecer de colores alucinantes en el cielo; es una “isla” secreta a 80 km. de la Capital Federal, un poco más allá de Pilar, a una hora y pico de auto; es un lugar desde donde se puede regresar al pasado, comer un buen asado o preferir un té entre tortas y sombreros asiáticos, o pasear en globo o consultar leyendas a su amable gente o conocer su cementerio, que guarda vida de los inmigrantes irlandeses, o visitar su iglesia de 1860, que custodia una reliquia de la verdadera cruz, exaltada en cada esquina de la paz rural.

Con la escenografí­a de Capilla bajo el amparo de Amalia cuyo apellido casi la hace capillense, se levanta uno de los poquí­simos museos religiosos del paí­s.

Enmarcado en la réplica de la capilla de 1735, la que dio nombre al pueblo, hay un abanico que abarca desde lo más sublime del arte napolitano, pasando por el colonial hispanoamericano y terminando en la obra popular, curiosa y, a veces, devotamente cursi de fines del siglo XIX. Juntos, entremezclando los siglos, se reúnen pinturas, imagénes, vestiduras sacerdotales, muebles y todo tipo de objetos religiosos en un aparente desorden que descontractura el camino hacia la belleza y la fe, hacia el testimonio del aborigen y sus ángeles arcabuceros o hacia una Virgen acostada por el cansancio que significa haber dado a luz a Dios.

El complejo museológico se completa con un bello pesebre (sólo abierto al público desde el 8 de diciembre y hasta el 7 de enero), con una sala de restauración en la que el espectador puede presenciar el rescate de nuestra identidad, tradición y fe en un objeto religioso, y una sala que recrea una celda colonial, todo detallado por un guí­a que nos contará, como un secreto, sobre aquello que nos pertenece, porque es nuestra historia.

¿Quién fue Amalia Sosa Palacio de Carol? Fue una santiagueña de una familia tradicional, una descendiente del legendario Amadeo Jacques, especialmente bonita, pero que prefirió ser maestra, dar clases gratuitamente, fundar las primeras escuelas para empleadas domésticas y niños carenciados, presidir el Apostolado de la Oración, formar parte de la Tercera Orden Franciscana y, a la vez, ser madre de doce hijos. El Papa Pí­o XI no pudo menos que felicitarla en una carta personal y un nuevo museo bonaerense tener su nombre como escudo.

• El museo destina parte de lo recaudado al Hospital San José, con lo restante custodiamos el pasado para contribuir al presente y al futuro.

 

Bolivar 338 – Capilla del Señor
(02323)-492981
Sábados, Domingos y Feriados