Tradicional lugar de encuentro para lugareños y visitantes. Abrió sus puertas en 1925 de la mano de Don Alfino Di Yorio y Doña Juana Basiglio quienes en aquel entonces brindaban comida y alojamiento a viajeros y turistas. En la actualidad sus herederos conservan viva aquella memoria ancestral a través de numerosos objetos históricos, como el primer televisor del pueblo y el primer teléfono público que en este bar se instalaron, y el gran baúl con que sus antepasados llegaron de Italia. Orgullosos de este legado familiar y comunitario, sus actuales descendientes gustan de relatar historias, leyendas y anécdotas a quien quiera conocer un poco más de este casi centenario bar.
Ideal para:
Visitar durante paseos al aire libre
Visitar con chicos
Visitar en días de lluvia