Doctor Félix Luna, “destacado historiador y escritor nacional”, nació el 30 de septiembre de 1925 en La Rioja. Fue abogado, historiador, investigador y escritor.
Fundador y Director de la Revista Todo es Historia (1967-2009). Condujo programas de radio y televisión. Fue Secretario de Cultura de la Municipalidad de Buenos Aires (1986-89). Miembro de las Academias Nacionales de la Historia, Ciencias Morales y Políticas y de Periodismo. Autor de numerosos libros, entre otros: Yrigoyen, Alvear, El 45, Ortiz, Perón y su tiempo, Soy Roca, Historia Integral de los Argentinos, Breve Historia de los Argentinos, Dií¡logos con Frondizi, Argentina de Perón a Lanusse.
Compuso junto al reconocido cantante argentino Ariel Ramírez la letra de obras musicales: Misa Criolla, Cantata Sudamericana y Mujeres Argentinas y las canciones Alfonsina y el mar, Juana Azurduy y Zamba de Usted entre otras.
Fue Condecorado por los Gobiernos de Francia (Comendador de la Orden del Mérito), de Perú (Orden del Sol) y de Brasil (Orden de Cruzeiro do Sul). Lo declararon Ciudadano Ilustre de Buenos Aires.
En el año 2004, fue Declarado Vecino Ilustre de Capilla del Señor por el Honorable Concejo Deliberante de Exaltación de la Cruz.
Félix Luna amaba Capilla del Señor, en su chacra “Los Bichos” supo encontrar la tranquilidad necesaria para materializar gran parte de su obra, en compañía de su familia.
Falleció el 5 de noviembre 2009, a los 87 años. Sus restos descansan en el Panteón de los Ilustres del Cementerio Municipal de Capilla del Señor.

El Padre Antonio Domingo Fahy (Anthony Dominic Fahy), nació en la ciudad de Loughrea Condado de Galway Irlanda, el 11 de enero de 1805.
Ingresó en la Orden de Predicadores y recibió los hábitos el 4 de agosto de 1828, tomando como nombre religioso Dominic. En 1831 recibe la ordenación sacerdotal en el Convento de San Clemente en Roma.
En 1844 desembarca en Buenos Aires y de inmediato se dedica a misionar, transformándose en una figura central en la conexión entre los irlandeses ya asentados en el país, los recién llegados y la sociedad argentina de la época.
El padre Fahy, no solo, asiste espiritualmente a los inmigrantes si no que, también, es quién organiza la colectividad en la Argentina. Facilita el asentamiento de los irlandeses en el interior del país y se convierte en su consejero financiero.
Es un importante promotor, en la construcción de instituciones educativas y de salud para sus compatriotas en la Argentina. Circunstancia, que lo lleva a ser co-fundador del Hospital Británico, siendo miembro en su primera Comisión Administrativa. Luego, funda el Hospital Irlandés en el año 1848 y en el año 1855, introduce en el país a la comunidad de las Hermanas Irlandesas de la Misericordia, las cuales se encargan del Hospital Irlandés y de un colegio de niñas, del cual fue uno sus fundadores. A raíz de esto, también decide la construcción de un colegio para varones, adquiriendo en 1861, una manzana de terreno, sitio donde actualmente se levanta el Colegio del Salvador de Capital Federal.
Para 1870 había creado nueve capellanías en la provincia, además de la de Capital Federal, con sede en los partidos de mayor densidad de inmigrantes irlandeses y descendientes: Exaltación de la Cruz, Navarro, Chascomús, Luján, Carmen de Areco, Mercedes, San Antonio de Areco, Ranchos y San Pedro.
Fue encargado de la asistencia espiritual de las Islas Malvinas por pedido del Obispo de Buenos Aires, Monseñor Escalada.
Fue amigo íntimo del Almirante Guillermo Brown, fundador de la Armada Argentina. Y le brindó los sacramentos cuando este murió el 1857.
Fue Canónigo Honorario de la Catedral de Buenos Aires.
Finalmente, el padre Fahy muere el 20 de febrero de 1871.
Un artículo publicado por el diario La Nación, el 23 de febrero de 1871, decía: “Honrar la memoria del honorable padre Fahy es honrar la raza humana en los grandes y generosos móviles que a veces la anima y de que él fue tan alto y digno representante.”
La comisión de damas de la Sociedad de San José levantó en el año 1912, un monumento de granito irlandés en el cementerio de la Recoleta. Bajo su cruz céltica, los restos del venerable sacerdote descansan en paz.
Actualmente, el padre Fahy es recordado por la colectividad irlandesa de la Argentina. Lleva su nombre el Instituto Fahy de Moreno (Buenos Aires). Colegio que abrió sus puertas originalmente en Capilla del Señor y que luego fue trasladado a partir de 1930 hasta su ubicación actual. También llevan su nombre dos calles en localidades de la provincia de Buenos Aires, la calle Reverendo Padre Fahy en la Reja – Moreno, y la calle Padre Fahy en Exaltación de la Cruz – Capilla del Señor. En este último, un busto en homenaje se ubica en el actual predio del Juzgado de Paz, donde originariamente funcionara el Colegio Irlandés.

“Marino y periodista. Nació en Saint-Maló (Francia) en 1828. Ingresó en la marina mercante de su país y en 1855 vino a la Argentina. Aquí adquirió un buque con el que navegó por los ríos Paraná y Uruguay y después lo vendió para comprar ovejas en la provincia de Córdoba; se estableció en el lugar que posteriormente se denominó “Estancia Martín Fierro”. (NR:Exaltación de la Cruz, campos de D.Cayetano Bordón). Durante muchos años estuvo vinculado a la vida del campo. Actuó en la Municipalidad de Capilla del Señor y, junto con Manuel Cruz, un famoso maestro, fundó “El Monitor de la Campaña”, cuyo primer número apareció el 19 de junio de 1871 donde, con el seudónimo de “Galo”, aleccionó a los trabajadores del agro para producir más y mejor. Fue también Cónsul de Francia. Escribió dieciocho libros sobre temas de educación pública, ganadería, agricultura, apicultura y horticultura, cuyos títulos son entre otros: “El Domador”;”Instrucciones para la cría y educación de los caballos” (1889); Curso de Agricultura, tomo I: “El Chacarero”;”tomo II: “El Estanciero” (1902); “La Guía del inmigrante”; “El paisano”; “Reflexiones sobre la vida en el campo” (1895); “Las aves de corral”; “Elementos de Agricultura”; “Necesidad de los árboles” y “La Langosta”.
   
   Editó y fundó la primera “Revista de Ganadería y Agricultura”; publicó folletos sobre su especialidad. Algunas de sus publicaciones fueron premiadas en las exposiciones de Chicago (1898) y París (1899). Integró la Comisión de Reformas del Código Rural de Córdoba. En 1886, el poeta José Hernández compró el campo donde desarrollaba sus tareas Lemée y éste tuvo que alejarse. Se radicó en La Plata; allí fue nombrado Secretario de la Oficina de Agricultura, y al ser ésta suprimida años más tarde, se le designó inspector de Centros Agrícolas de la Provincia. Fue además profesor de economía rural en la escuela de Santa Catalina (N.R.: Provincia de Buenos Aires) y de agricultura en la Escuela Normal provincial. Integró la redacción de “Anales”, junto con Estanislao S. Zeballos y otras figuras de influencia en la vida argentina del pasado siglo (N.R.: siglo XIX). Fue uno de los primeros periodistas que se especializó en temas rurales, a los que se consagró con entusiasmo, pasión y eficacia, y en obras como “La Langosta” y “Pájaros insectívoros” (1909) emite juicios y apreciaciones que todavía hoy (N.R.año 1975) tienen valor científico.    Presidió el Centro de Agronomía y Veterinaria de La Plata y fue miembro de la Comisión Provincial de Bibliotecas. Después de haber desarrollado una labor de gran importancia falleció en La Plata el 24 de setiembre de 1914. En el km. 66 del Ferrocarril Belgrano, existe una estación que lleva su nombre, único homenaje que se le rindió después de muerto. Fue un precursor del periodismo agrario y defensor de la naturaleza”.
Fuentes:”Nuevo Diccionario Biográfico Argentino- 1750-1930 ” pag. 168/169. Editorial ELCHE, Buenos Aires, 1975 .

Don Eduardo Tormey, primer Intendente Municipal, nació en Exaltación de la Cruz, el 8 de enero de 1848. Fueron sus padres Don Gerónimo Tormey y Doña María Culligan.
Durante varios períodos rigió los destinos de la comuna y su administración fue una de las más honestas y provechosas para el pueblo.
Fue Diputado por tres períodos consecutivos.
Falleció el 31 de enero de 1912.

Don José Serapio Sosa, “el Padre del Pueblo” nació en Exaltación de la Cruz el 13 de noviembre de 1809, hijo de Don Francisco de Sosa y de Doña Paula de Atar. Fueron sus padrinos “que lo tuvieron en brazos” Don Pedro Nolasco Montenegro y Doña Mercedes Brií¡n. Consta en los archivos parroquiales la fe de bautismo, firmada por el Presbítero Casimiro José de la Fuente, que acredite lo antedicho.
Vino al mundo de su pueblo envuelto en los oropeles de aristocracia selecta y selectiva, que él supo armonizar a través de los años, especialmente en los períodos que le cupo el honor de regir los destinos políticos y judiciales de Exaltación de la Cruz.
En 1827 forma un hogar cristiano con Doña Petronila Bustos, dama perteneciente a una antigua y acreditada familia del partido. En él, nacen Petronila S. de Atkins, Fortunata S. de Inurriaga, Luisa S. de Wagner, Fausto, Francisco, Constantino, Julií¡n, Venancio y José Anastacio Sosa y Bustos.
Cuando se dicta la Ley Orgí¡nica de Municipalidades, y se constituye el primer gobierno municipal de este pueblo, el 27 de enero de 1856, su primer figura en la lista de vecinos que tuvieron el honor de constituirla.
Ocupó la Jefatura del Juzgado de Paz y Comisaría de la Exaltación de la Cruz desde 1862 hasta 1869; reapareciendo nuevamente en el panorama político como presidente de la Corporación Municipal en 1883 y 1884.
Durante el primero de los períodos, cuando su figura inspira el respeto de la población y se lo considera como un verdadero patriarca, con su peculio personal, inicia las obras de construcción del templo parroquial, con la anuencia, auspicio y beneplí¡cito de las autoridades nacionales, según consta en un documento que lleva la firma del Dr. Valentín Alsina, Ministro de Gobierno.
El 5 de mayo de 1865 tiene la satisfacción de verlo inaugurado por el propio Gobernador de la Provincia y gran amigo suyo, Don Mariano Saavedra, ligado a nuestra población por su padre, el Brigadier General Don Cornelio de Saavedra, vecino del partido.
Para entonces, ya cuenta a su lado con dos figuras de relevante prestigio en la labor municipal, Don Manuel Cruz y Don Carlos Lemeé, Secretario Municipal de Instrucción Pública y Culto, uno y otro.
Unidos los tres en el ejército de la labor municipal se abocaron a la solución de los mí¡s variados problemas y necesidades del municipio. Parte ejecutiva de la obra, Don José S. Sosa, con la palabra acertada de hombre de principios, la sanción definitiva.
Con fondos municipales se levantan edificios escolares, se fomenta la higiene y se toman las medidas que aconsejan las autoridades sanitarias ante las terribles epidemias de 1867 y 1871, y hasta se llega a crear un Lazareto Público.
Esclarecido espíritu, solía concurrir a la estancia de Don Cayetano Cordón, donde vivía Lemeé, donde corría el mate especialmente cebado para él y para Don Ventura Lynch, el folklorista y etnógrafo de las pampas argentinas.
Allí también solían reunirse los municipales para escuchar la palabra del Dr. Manuel Gonnet, Ministro de la Provincia de Buenos Aires, allegado por los vínculos familiares al afamado ganadero francés.
También la estancia de Don José Serapio Sosa, y su casa en el pueblo (actual domicilio del Dr. Ronconi) construyeron por largo tiempo el centro de atención de las reuniones sociales y culturales de aquella época.
Don José Serapio Sosa, hombre probo en su costumbre rodeado de su pueblo, murió casi en la miseria, “de consución” reza el acta de defunción que testimonian Don Manuel Bacaris y Don Alejandro Bideguin, el 18 de agosto de 1897.
Dijo entonces “La Nación” de Buenos Aires: Sensible Fallecimiento.- “Hoy falleció a la edad de 89 años el antiguo y responsable vecino D. José Serapio Sosa, al cual este pueblo debe importantes obras de progreso. Con sus bienes garantizó la construcción de la iglesia local, obtuvo por la influencia que tenía con nuestros primeros hombres públicos, la construcción de los edificios escolares y municipales inaugurados por el Gobernador D. Mariano Saavedra. Era miembro conspícuo de la Unión Cívica Nacional. Su muerte ha sido generalmente sentida”.
Sus funerales fueron imponentes, el pueblo en masa acompañó sus restos al cementerio; asistieron las escuelas del distrito, incluso las rurales, creadas durante su gestión municipal; dictó honras fúnebres la Sociedad de Beneficencia, a quien donara los terrenos donde hoy se levanta el Hospital “San Jos锝, en su memoria puesto bajo la advocación de ese patriarca. Y se lo acompañó con la pompa religiosa que correspondía a quien había ocupado en la antiquísima Hermandad de Animas y del Señor Crucificado, los cargos de Hermano Mayor y Primer Conciliario.
Una calle del eje urbano recuerda su nombre.

(Exaltación de la Cruz 7 de Enero de 1869 – Buenos Aires 17 de Marzo de 1935)

Corría 1901 cuando llega al puerto de Buenos Aires el buque sueco “Antarctic”. Su destino final, la Antártida. A bordo se encuentran los científicos y técnicos suecos y noruegos más destacados del momento. Su misión, explorar el Continente Blanco. Luego de aprovisionarse y embarcar al oficial argentino Sobral parten rumbo al sur no sin antes coordinar con el gobierno argentino el derrotero a seguir y el rescate que habría de efectuarse si no volvían a puerto a una fecha determinada.

• Y así fue que, luego de días de navegación polar, los hielos aprisionaron y destrozaron la robusta nave en mil pedazos, por lo que los náufragos debieron buscar refugio y esperar la llegada de un posible rescate.
• La nave elegida para la operación argentina de salvamento es la corbeta “Uruguay”, a la que debieron adicionarle calderas y un sistema de calefacción, además de reforzar su casco para la navegación antártica. Para comandar la misión, que se convertirá en la Primera Expedición Argentina a la Antártida, se designa al entonces Teniente del Navío Julián Irízar, hijo de estas tierras.
• Luego de semanas de navegación entre témpanos y icebergs, la corbeta “Uruguay” fondea en la isla Symour donde el 8 de Noviembre de 1903 se produce el primer encuentro entre Julián Irízar y parte de los sobrevivientes. En los días sucesivos la totalidad de los náufragos, junto a los fósiles descubiertos, serán embarcados.
• Finalmente el 2 de diciembre de 1903 la desarbolada corbeta “Uruguay” entra al puerto de Buenos Aires entre los aplausos del público y las sirenas de los barcos. “Recuerdo todos los incidentes de ese viaje como si hubieran ocurrido ayer. La gratitud de todos los sobrevivientes de la expedición Nordenskjold hacia la Argentina y hacia el digno caballero que era el Comandante Irízar está tan fresca como lo estuvo hace ya 32 años…
• Recuerdo – Continua Skottberg – el día que llegó la Corbeta al campamento. La noche anterior, uno de los pilotos suecos del Antarctic, chanceándose había preguntado: “¿qué dirían ustedes si mañana nos despertara un buque de salvamento? Nuestra miseria no se prestaba a las bromas y recibimos mal el chiste del piloto.
• “¡Cuál no sería nuestra inmensa sorpresa, cuando, en efecto, nos despertó a la mañana siguiente la sirena de la “Uruguay”!… Saltamos todos de nuestras bolsas de dormir y corrimos afuera; asustando a los pacíficos pingüinos. “¡Allí, a menos de un tiro de fusil de la playa estaba una corbeta que enarbolaba los colores blanco y azul, desconocidos hasta entonces en esos mares!
• Algún comentario atribuyendo a la suerte el éxito de rescate llegó a oídos del propio jefe de la misión, Dr. Nordeskjold. “¿Suerte? – exclamó el explorador – La pericia, el valor, la intrepidez, “¿Se llaman aquí suerte? “¡No lo creo! “¡No lo creo! Irízar ha llevado la “Uruguay” un grado más al sur del sitio donde se perdió el Antárctic en época de deshielo. Eso no es suerte; esto se llama vencer intrépidamente los obstáculos y cumplir la misión que le había sido confiada con notable pericia”. Y todavía, aludiendo al instante en que divisó a los salvadores, entre los “¡Viva la Argentina!, acotó: “francamente, no creía que esta joven república aventajara a naciones extranjeras en una obra de esta naturaleza”
Fragmento de entrevista al
Dr. Karl Skottberg, sobreviviente del Antárctic
Fuente: Noticias, Boletin Informativo Nº 8. Asociacion Pro Memoria de Capilla del Señor – 14/09/03

“Educador. Nombrado por la Corporación Municipal, enseñó como Preceptor de la Escuela Elemental de Varones. (N.R.:Capilla del Señor). A él se debió la creación de la Biblioteca Pública de Capilla del Señor inaugurada el 25 de agosto de 1872 y de la que se ocupó el doctor Nicolás Avellaneda, en la Memoria Ministerial de 1873. Reeditó también el “Catecismo del Padre Astete”, con venia de la Iglesia. Fue tipógrafo y periodista formado en el diario “La Tribuna” (N.R.: propiedad de los hermanos Varela). Introdujo una máquina impresora y de su taller salió “El Monitor de la Campaña” el 19 de junio de 1871, uno de los órganos periodísticos defensores de los intereses rurales de la provincia. También atendió personalmente un taller de fotografía. Fue secretario de la Municipalidad desde 1862, con retención del cargo de preceptor.
Cuando apareció la epidemia de cólera, en 1868, no desertó de sus puestos y trató de combatirla en beneficio del vecindario. En 1872 publicó el libro titulado “Alfabeto moral de la juventud argentina”, el primer libro impreso en su taller y en la campaña bonaerense, que se vendía por medio de distintas agencias establecidas en Buenos Aires y puntos diversos de la provincia. (N.R.: El autor de la obra fue su padre, el educador José Feliciano Cruz, de larga trayectoria en Buenos Aires). Esa obra permite conocer en qué medida cada página traduce la preocupación de su autor por la enseñanza. Falleció en Exaltación de la Cruz (Prov. de Buenos Aires) el 5 de octubre de 1872. Al inhumarse sus restos, lo despidió con un discurso don Carlos Lemée. En ese pueblo se evoca continuamente la labor que realizó a favor de la cultura bonaerense. Una biblioteca lleva su nombre.

Fuente: Cútolo, Vicente Osvaldo: “Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, 1750-1930”, tomo 2º, pag. 411. Editorial ELCHE, Buenos Aires, 1969 .


“Manuel Cruz llegó a éste pueblo en 1861 (NR: Capilla del Señor) para ocupar la dirección de la Escuela Elemental de Varones fundada en 1821 durante el gobierno de Martín Rodríguez (según) decreto refrendado por su Ministro Bernardino Rivadavia. Su labor llevó al establecimiento a un lugar de privilegio en la campaña bonaerense, reconocimiento que consta en el informe del Inspector de Escuelas dn. Antonio Zinny, quien destaca los sobresalientes exámenes brindados, en su presencia, por los alumnos. Desempeñó además las funciones de secretario del Consejo Municipal, acompañando a dn. José Serapio Sosa. Llevó a cabo el Primer Censo Escolar del Distrito, que dio lugar a la creación de siete escuelas en la región. El 24 de agosto de 1871 fundó la primera Biblioteca Pública de la campaña, donde se dictaban cursos de pintura, fotografía y clínica médica e incorporó un hecho novedoso para la época: semanalmente se llevaron a cabo lecturas en voz alta con asistencia libre. En 1871 apareció “El Monitor de la Campaña”, bajo cuya dirección e inspiración se constituyó en el primer periódico de todo el ámbito rural. Periodista, funcionario público y sobre todo eso “Maestro de la Cultura”.

Fuente: ” Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, 1750-1930″, tomo 2º, pag. 411. Editorial ELCHE, Buenos Aires, 1969 .
• Museo del Periodismo Bonaerense, Capilla del Señor, sin fecha.

Don Marciano Montalvo nació en Capilla del Señor el 18 de Junio de 1867. Hijo de Denicia Burgueño, su existencia, prolongada hasta el 21 de noviembre de 1944, representó el espíritu del folklore de la zona a pesar de haber quedado ciego a los cinco años a causa de la viruela.
Excepcionales condiciones para la improvisación le valieron recordadas payadas de contrapunto cuando recorrían la zona Gabino Ezeiza, Paglo Vázquez e Higino Cazón.

Montalvo dominaba la guitarra, el violín, el bajo, el contrabajo, el saxo, el bambardino, el acordeón, la flauta, el clarinete y el piano. Organista oficial de la iglesia local desde 1887 hasta su muerte y director de la banda de música acumuló enseñanzas de maestros-directores como José Bard, Alejandro Vilotti, Santiago Vaccari, Andrés y Alfonso Butri, perfilándose como figura de fama no sólo local, por la academia que dirigía según el régimen de la Casa de Montessori.
Analista anatómico de las sextinas del Martín Fierro, versificaba con singular prestancia.

Asimismo, fue creador de innumerables piezas musicales en ritmos de Mazurcas, Chotis y Polcas, además de haber incursionado en la composición musical clásica. El “Ciego Felipe”, como lo llamaban en el pueblo, habitó la casa ubicada en la esquina de calles Belgrano y Sosa de Capilla del Señor, donde una gran placa recuerda la vida y la obra de este brillante exponente musical de los Pagos de la Cañada de la Cruz.

En circunstancias en que la República trataba de reestructurar sus bases, trastocadas por veinte años de sangre y de barbarie, el 2 de diciembre de 1861, nacía en el pueblo de Exaltación de la Cruz, un ciudadano que con el tiempo, habría de ocupar un plano de excepción en el panorama político de su época.
Don Zenón Casco y doña Margarita Cano, respetables y acaudalados vecinos de este partido, fueron sus padres. Las primeras incursiones en las letras, las hizo en este, su pueblo natal, pero ya a los nueve años de edad fue enviado a Buenos Aires, a aumentar y perfeccionar su instrucción. Cumplidos veinte años apenas, debió retornar al solar nativo por así reclamarlo sus padres; de una simpatía innata, figura atrayente, siempre dispuesto a tender su mano generosa al amigo necesitado, el joven Mateo vislumbró en la penumbra de una época azarosa, el camino de su vocación: el de la política.

Hallándose al frente de la Comuna aquel grande hombre público que se llamó don José Serapio Sosa, Mateo S. Casco ocupa el cargo de Secretario Municipal, su primer puesto en la administración pública, en el año 1884. De férrea voluntad y poseedor de un espíritu que no se doblegaba ante la adversidad, abrió pronto amplio camino en el panorama político local, llegando en breve carrera a ser jefe absoluto del Partido Conservador, luego de actuar en .el Partido Rochista, Achavalista, Unión Provincial y Partidos Unidos, todos estos, partidos que dieron origen al Conservador.
• Luego de ser designado Juez de Paz del Partido, obtiene su primer cargo electivo correo Presidente del H. Concejo Deliberante, siendo electo más tarde Intendente Municipal de Exaltación de la Cruz, cargo éste que ocupó en sucesivos periodos. La Cámara de Diputados de la Provincia, a partir de 1901, lo contó entre sus miembros en repetidas oportunidades. ocupando cargos de jerarquía y presentando múltiples proyectos. muchos de los cuales fueron aprobados.

• En su gobierno municipal, Mateo S. Casco realizó numerosas obras que beneficiaron notablemente a la localidad, entre ellas: La modernización de la actual Casa Municipal; la creación de la desaparecida Escuela Normal Elemental en 1915, en cuyo seno se educó una generación de nuestros maestros; el embellecimiento del Templo Parroquial, al cual 1e construyó la actual escalinata de mármol, quitándole la antigua verja que lo afeaba; etc.
• Como diputado provincial, fue autor de los proyectos de ley por los cuales se crearon los partidos de Caseros y Gral. Madariaga y otro por medio del cual se modificó la demarcación de límites con el partido de Campana, restituyendo al nuestro aproximadamente 180 kms. de extensión, que se consideraban perdidos. También por inici3tiva suya, se aprobó la ley que faculta a los Jueces de Paz, en ciertos casos, a conceder a los menores venia supletoria para contraer matrimonio.
• La vida pública de don Mateo S. Casco fue múltiple y fecunda y marcó una época en la política lugareña. Alejado de la escena política a la cual había consagrado la mayor parte de su vida, el 17 de agosto de 1924, falleció en la ciudad de Buenos Aires en la mayor indigencia.
• Según manifestación de sus amigos: en el momento de morir todo su capital ascendía a la suma de 10.- pesos.
• Por rara paradoja, mientras la clepsidra de su vida se detenía para siempre, en este, pueblo de sus luchas y afanes, al que el consenso popular designaba irónicamente con el nombre de cierta región itálica seguida de un diminutivo, las campanas del Templo, elevaban su canto de bronca sobre el tumulto y las pasiones que arrastraban a las conciencias al caos y a la anarquía política.
• Por gestión de don Esteban Urcelay y un grupo de sus amigos, los restos de Mateo S. Casco descansan hoy en E cementerio de Capilla del Señor y una de sus calles lleva el nombre del desaparecido hombre público, nombre ligad para siempre a la historia política local.

Fuente: Gran Anuario de Exaltación de la Cruz – Año 1995

Miguel Hangel González es hijo de Capilla del Señor como Irízar. Allí nació el 11 de septiembre de 1930, en el hogar de Ángel González Navarro y de Miguela E. Ferreyra y murió el 7 de Agosto de 1996. Espíritu curioso y ávido, a poco de terminar el bachillerato se recibió de Profesor de Música. Tocaba el piano y el órgano. Los estudios superiores lo llevaron a obtener los diplomas de Técnico para el Servicio de Museos, Profesor de Historia y Licenciado en Ciencias Antropológicas, éste último otorgado por la Universidad de Buenos Aires. Fue ayudante de cátedra de la estudiosa del folklore Berta Elena Vidal de Battini y Secretario Técnico de Ciencias Antropológicas de la UBA. Representó al Museo Etnográfico de esa universidad como Prosecretario de la Asociación Amigos del Museo de Historia de Tierra del Fuego.

• Su tesis de doctorado resultó del profundo conocimiento de los habitantes de Corrientes en todas sus manifestaciones: costumbres, creencias, vivienda, etc. Se desempeñó como Técnico de Antropología del Museo de Lomas de Zamora, Perito en antropología de la Corte Suprema de Formosa y de la Justicia de Neuquén, Asesor folklórico del Fondo Nacional de las Artes, investigador del Conicet, becario de la OEA.

• En la actividad docente fue profesor de Prehistoria general y arqueología americana en el I.S.I. de Relaciones Públicas. En 1967 partió a Río Negro para trabajar como antropólogo en las reservas indígenas y luego pasó a la Universidad N. del Comahue a la que dedicó más de 25 años de enseñanza altamente calificada en las cátedras que por concurso había ganado en la Carrera de Comunicación Social.

• M.H. González publicó trabajos de su especialidad en México, Suiza, Perú y Argentina; intervino en congresos internacionales con ponencias medulosas. El pago de Capilla del Señor le ofreció temas para cuentos y búsquedas históricas entre las que se encuentran indagaciones sobre el reparto de tierras y su evolución a través de los siglos, la Historia de la Iglesia de Capilla del Señor y la Historia antigua de la Virgen de Luján (inéditas).

• Era el referente siempre dispuesto, generoso, ante toda inquisición sobre el lugar, no sólo porque compulsó actas y libros en archivos y bibliotecas, sino porque había recogido testimonios valiosos de viejos pobladores. Entre sus obras, artículos y estudios publicados, citaremos referidas al pago, La batalla de la Cañada de la Cruz, Escuela de las primeras letras, Padre Fahy. Fino poeta, algunos de sus versos aparecieron en revistas locales.

• M. H. G. devolvió a su pueblo el saber acumulado y lo participó a jóvenes y no tan jóvenes con paciencia docente; entusiasmó con sus conocimientos históricos y humanos a u grupo que se llama Asociación Pro Memoria y vela por Capilla del Señor, “Bien de Interés Histórico Nacional”.

Fuente: “Entre packs & icebergs” Miguel Hangel Gonzales, Asociación Pro Memoria de Capilla del Señor,1998.